sábado, enero 18, 2025
Nacional

Reconocen a enfermera de Sierra Madre Oriental que ‘IMSSpira’

María Luisa Sáenz es parte del Programa IMSS-BIENESTAR en la UMR 45, de Tula; ha atendido partos, dado primeros auxilios, realizado jornadas ginecológicas…

En el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tamaulipas reconoce a las Mujeres que IMSSpiran por su trabajo, alto compromiso institucional y constante búsqueda de la igualdad y el ejercicio efectivo de sus derechos.

Todas estas virtudes y más se cumplen en la persona de María Luisa Sáenz Lara, quien trabaja en el Programa IMSS-BIENESTAR como enfermera auxiliar de Área Médica de campo en la Unidad de Medicina Rural (UMR) No. 45, en la comunidad El Boludo, municipio de Tula, enclavado a mil 290 metros de altura, en la sierra madre oriental.

La historia de vida de María Luisa representa la de muchas mujeres que con esfuerzo y sacrificio han acercado el IMSS a la población, y en este caso, a la población que más necesidades ha padecido, como es la que habita las zonas rurales y vulnerables de la entidad.

“Para mí, es un orgullo trabajar en IMSS-BIENESTAR desde que iniciaron esas unidades, pues siempre se me tomó en cuenta, primero como asistente rural”, señaló con un sentimiento de satisfacción al recordar sus más de 30 años de servicio a favor del cuidado de la salud de los habitantes del ejido Santa Ana de Nahola y de la comunicad del Boludo.

María Luisa ha atendido partos, estabilizado y derivado pacientes al Hospital Rural (HR) de Tula, dado consultas, primeros auxilios y realizado jornadas ginecológicas a través de recorridos de más de 10 kilómetros a pie, con termos y medicamentos para atender a pacientes de comunidades y poblados circunvecinos.

Gracias a las acciones en vacunación a prevenido enfermedades mortales en la población infantil, adolescentes, embarazadas y adultos mayores, que sin duda habrían terminado con la vida de los pobladores del boludo.

Con sentido del humor y una sonrisa que dibuja su rostro amable por abajo del cubrebocas, María Luisa señala “no me casé, me casé con el Instituto”; a la vez recuerda con nostalgia que ella entró a la primaria para los adultos, donde además aprendió primeros auxilios.

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